
La cocina es el centro neurálgico de nuestro hogar, un punto de encuentro, donde se producen las transformaciones de los alimentos mientras compartimos nuestras experiencias, nuestro día a día, una copa de vino, o simplemente una taza de café.
En esta reforma, la cocina va mucho más allá, se comporta como punto de inflexión espacial, como espacio de transición entre la zona “pública” y la privada del hogar, donde se produce el cambio de ser y de estar.
Es un espacio confortable, con un diseño minimalista, abierto hacia el salón, donde la luz inunda a ambos ambientes a través de un amplio ventanal con hermosas vistas al mar.
La configuración de la cocina es limpia y funcional, permitiendo unir varios espacios bien delimitados y con personalidad propia. Su distribución es en forma de L interrumpida por el paso a la zona privada.
En el espacio central se situó una isla como elemento que genera fluidez y dinamismo, donde se integra la mesa de comedor a otra altura.
La configuración en L de la cocina, aporta una mayor amplitud espacial: un lado está definido y enmarcado de piso a techo por los muebles de columnas, donde se ubican el almacenaje y los electrodomésticos verticales visibles como la vinoteca y la columna de horno/microondas, así como la nevera y el congelador de manera integrada.
En el otro lado de la L, la configuración del mobiliario es más ligera y predomina la horizontalidad, en ella se ubica la zona de agua, específicamente, el fregadero y el lavavajillas que está integrado en los muebles bajos, reservando los estrechos muebles altos para el menaje de cocina.
La isla central es el tercer elemento de la distribución triangular. Es el lugar de preparación de alimentos, en ella se ubica la placa de cocción, teniendo de espalda las columnas de hornos, para facilitar la interacción al momento de cocción de los alimentos, además de permitir ver tanto la puerta de entrada como el mar mientras se trabaja.
Acabados en la cocina
El elemento unificador del interiorismo en toda la casa es el suelo en madera de roble blanco acabado mate, interrumpido en la zona central de la cocina por un rectángulo en cerámica que define el área y nos transporta a un tiempo pasado, atemporal, con la principal ventaja de resistencia, durabilidad y practicidad en el mantenimiento.
El acabado del mobiliario de la cocina es lacado en color gris, sin tiradores, con perfil gola en blanco, aportando uniformidad a la cocina y una sensación al tacto inigualable.
Para los mueble altos y la mesa del comedor se escogió la madera, que le aporta continuidad visual y calidez al espacio.
Otro material utilizado es el corian, tanto en la encimera como en la trasera y en los laterales de los mueble. La ventaja de este material es que es muy resistente, de fácil mantenimiento, termoformable, se puede reparar, y estéticamente uniforme ya que las juntas no se ven.
Finalmente, las sillas transparentes de diferentes colores aportan un aire juvenil y alegre al espacio.
Iluminación
Complementando al diseño, se utilizaron luces led en los zócalos del mobiliario, y en los muebles altos, mejorando la visibilidad y aportando un aire etéreo y moderno.
Sobre la mesa del comedor, se colocaron dos lámparas de suspensión Skan de la firma Vibia, con un diseño minimalista, que regresa a lo esencial, combinando formas básicas y líneas puras con acabado lacado en blanco mate.
Si deseas tener una cocina confortable, acogedora y actual, en Interley Interiores te ayudamos a hacer realidad tus sueños, adaptándonos a tu espacio, presupuesto y necesidades, no dudes en contactarnos. Los elementos utilizados en el interiorismo de la vivienda fueron suministrados por Interley Interiores, donde se tuvo en cuenta la estética, la combinación y la relación espacial.